Virginia La Iacona dirige una escuela digital. Es docente, pedagoga y coach con más de 30 años de trayectoria. En Asuntos Docentes nos contó todo sobre su proyecto.
Laialá es un proyecto que se puso en marcha en febrero de este año, contó la entrevistada. “Estamos a nada del nacimiento de esta escuela, de esta puesta en marcha. Y ya tenemos más de cien niños inscriptos en la plataforma, y más de 50 docentes en los talleres”.
Según la docente, la escuela digital cuenta con tres ramas principales: Rayuela, Laberinto y Payana. “Rayuela es la plataforma para niños y niñas de todo el país en edad escolar primaria. Y estamos con una pequeña franja que abrimos para niños de 4 y 5 años que es muy interesante y muy necesaria”. Laberinto, por otra parte, es la plataforma para docentes. Y Payana finalmente, es el lugar para madres y padres, en la que podrán participar con una frecuencia semanal, quincenal o mensual. El objetivo principal es “cómo acompañar desde casa la trayectoria escolar”.
Un aire nuevo a la presencialidad reinante
La plataforma “viene a traer aire nuevo a la presencialidad reinante. A la presencialidad a la que volvimos, a la presencialidad a la que retornamos, a la escolaridad irremplazable, a la escuela única”, declaró la entrevistada. También explicó que la iniciativa puede hacer que “el niño, que está en la era digital, que nació en la era digital, utilice todos los dispositivos que lo rodean para aprender. Para crecer, para desarrollar competencias, para trabajar la intertextualidad, el razonamiento lógico, despertar la alegría vinculada con el arte que lo lleva a aprender y que lo lleva al conocimiento.”
La Iacona contó que la idea de la escuela digital como proyecto surgió a partir de la pandemia, por el paso forzado a la virtualidad. Ella es maestra de grado, profesora de música desde hace más de 30 años y administra un centro cultural en Cañuelas como fundadora y docente. “O sea que yo estaba en pandemia con cerca de mil alumnos a la semana, y pasé a estar en 26 zooms del otro lado de la pantalla”. En este contexto nace la idea de Laialá, por la necesidad de estar cerca de cada uno de los alumnos y familias que le abrían las puertas de su casa, y la posibilidad de conectar con la gente que está lejos físicamente de los lugares donde habitualmente se daban las clases.
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