Asuntos Docentes Educación La clase necesita renovar su identidad

La clase necesita renovar su identidad

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Al parecer, las clases han quedado mal paradas en estos últimos años, como si su identidad histórica hubiera sucumbido ante el naufragio de la no presencialidad obligada. Debido a la urgencia sanitaria de la pandemia, para volver a “ser”, hubo que reconstruir las clases en sus nuevas formas de manera creativa, complejísima, diversa e imprevista.

El desafío entre otros, fue el de diseñar una misma propuesta pedagógica con diferentes puertas de acceso, desde hogares con conexión a Internet, pero también desde viviendas y estudiantes, sin conectividad. Entonces las tradicionales tecnologías educativas, muchas de ellas que se remontan a las raíces legitimadas de la educación a distancia, tuvieron lugar: el material impreso y la tv educativa, la radio, surgieron en la emergencia de la pandemia para apuntalar encuentros didácticos (Casablancas, 2022).

Pero en el proceso de vuelta de la pandemia a las escuelas físicas, se intentó restaurar a los bancos, sillas, mapas y libros donde siempre estuvieron: afirmados al suelo. Y eso, constituye sin dudas, en parte, una muy buena señal, volver a pisar el aula es una necesidad y fue una maravillosa recuperación.

Pero, no solamente estos tiempos sinuosos y con gran presencia digital en las vidas de chicos y chicas obedecen a perdurar lo estable sino también habilitan a nuevas posibilidades, y a reflexionar: ¿Qué debería tener una clase?, ¿Quiénes serían los que la diseñan y en qué lugares podría transcurrir ese encuentro?

En la nueva modalidad del concepto clase, el sentido de los encuentros didácticos entre docentes y sujetos que aprenden, revisan sus espacios y ambientes de trabajo ampliando el espacio del aula presencial como figura hegemónica con otras en entornos digitales, o salidas educativas o planteos mixtos de resolución de interrogantes.

En este artículo, vamos a dejar planteados solamente algunos ejes desde donde volver a preguntarle a la clase por su identidad actual.

La clase se celebra

La clase sigue siendo un momento de encuentro celebratorio,(¡porque la pasamos bien!) donde convergen inquietudes, interrogantes, contenidos, con posibilidades infinitas que superan la mayoría de las veces lo diseñado por los/las docentes al pensarla. Entonces, ¿Qué debería revisarse? Dejamos algunos ejes de circulación del interrogante:

  • Que la clase sea promotora de una experiencia real para estudiantes
  • Que en la planificación de las clases se quiebre el papel para que entre lo digital
  • Que se vuelvan a pensar los lugares y los tiempos de la experiencia de aprendizajes convocantes
  • Que se deje en su planeamiento, lugar para lo emergente, lo imprevisto y que sea “bien tratado” por sumarse al diálogo.

Hablamos de experiencia, como un trazo en la persona, una huella que perdura por su incidencia en el aprendizaje, en la emoción, etc. En ese sentido, las experiencias, a diferencia de otras prácticas vividas, son aquellas que dejan huellas en el sujeto, por conectar con vivencias propias, por vincularse con anteriores contenidos o aprendizajes, La experiencia ocurre en el sujeto (Larrosa, 2009) no fuera, como algo que sucede sino que ”le sucede”, de allí que los años escolares apilados uno sobre otro, no indiquen una experiencia, una clase tampoco adquiere siempre ese valor.

También indicar que la planificación tradicional de la clase se circunscribió generalmente a una síntesis descriptiva de lo que iba a suceder, dejando de lado aquello de la “hipótesis que se pone a prueba” que nos indicaba Stenhouse().

Aprovechemos lo móvil del formato digital para dejar las bases escritas, como posibles rutas del encuentro que tendrá la clase. Actualmente pensemos que el diseño incluya también a estudiantes, a sus intereses, propuestas, etc. y se desarrolle en diferentes espacios, ambientes, sitios de búsqueda y creación que los espacios digitales nos ofrecen.

Las clases deberían tener apellidos y secuencias, hay clases presenciales, pero también podemos invitar a diferentes momentos en los espacios digitales, aunque tengamos presencia física posible, y pensar en las etapas de una clase con espacios presenciales, a distancia, mixtos, etc. Volver a interrogar la clase, abrir con posibilidades el pensamiento colectivo del aula es una meta en el momento actual. En realidad se trata de un paso simple, pero trascendente, pedagógicamente hablando. La clase puede ser y está habilitada a ser de otros modos, podemos comenzar a ponerles nombres, lugares y secuencias, sería un primer y sustancial paso.

Dra. Silvina Casablancas

Universidad Nacional de Luján

FLACSO Argentina

 

Casablancas, S.(2021) Tecnologías urgentes, pedagogías postergadas. Las tecnologías irrumpen en el pensamiento educativo de la pandemia. En el libro: “De la emergencia a la estrategia Experiencias y aprendizajes sobre educación híbrida en México y Argentina”. Universidad de Guadalajara. México. https://www.silvinacasablancas.com/wp-content/uploads/2022/04/Cap-2-Tecnologias-urgentes.pdf

Larrosa, J. (2009) “Experiencia y alteridad en educación”. En Skliar, C. y Larrosa, J. Experiencia y alteridad en educación. (p. 13-44) Buenos Aires: FLACSO y Hommo Sapiens.

Stenhouse, L. (1984) “Investigación y desarrollo del currículum”. Morata, Madrid.

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