En su columna, Gabriel Brener repasa las líneas de pensamiento de diferentes referentes de la pedagogía, sin embargo, en esta ocasión se refirió a la importancia de la educación pública. “No podemos permitir que se lleven puesta a la escuela pública argentina”, dijo.
El especialista aseguró que no hay dudas de que la escuela pública debe ser reconstruida y mejorar mucho. Pero también expresó que “no puede mejorarse la educación pública si se la destruye. El costo será tan centenario como su prestigiosa tradición”.
“La educación pública argentina es patrimonio de toda nuestra sociedad. No le pertenece a ningún sector o partido político”, declaró Brener. Además, agregó que todos los sectores políticos deben salir en su defensa “para cuidar el legado de la escuela pública como ese lugar único e inigualable para construir y reconstruir ciudadanía democrática. La educación pública argentina es en gran parte nuestro DNI común que nos sostiene y reafirma dándonos unión en la diversidad”
El columnista habló de la actual situación política del país, de cara a la segunda vuelta electoral que se realizará en pocas semanas. “Más allá de formas de pensar o de estilos, hay límites. Y creo, estamos ante su más difícil e incierto desafío como sociedad”, opinó. “Lo crucial, y eso sí, lo ha manifestado, es la intención de liquidar la educación como asunto de estado. Liquidar el estado educador. Dejarlo al mínimo, casi mortal o inmóvil. Y que sea el mercado quien regule la educación del mismo modo que lo hace con la venta de un televisor.”
Brener también advirtió que lo que se propone con la política educativa es convertir a los directores y directoras escolares en gerentes de un sistema educativo regido por el mercado. “Aplicadores de Multiple Choice, en vez de docentes. Respondedores seriales de exámenes estandarizados, en lugar de estudiantes. Darwinismo social al palo para que triunfe el más fuerte y sálvese quien pueda.”
“No es posible una educación pública de calidad sin estado”, recordó el columnista. A modo de conclusión, añadió que “estamos a tiempo. Se trata de un acto de defensa propia y de los demás. En una sociedad tan injusta y desigual, la libertad individual es una abstracción. No existe libertad si no es de la mano de la solidaridad.”
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