Es una pregunta cargada de muchas otras que en general llaman a la reflexión y al debate en nuestra época, que transciende más allá de lo que hacemos los docentes realmente en las aulas, en base a lineamientos curriculares, documentos oficiales o quizá capacitaciones docentes.
La visión tecnocrática en la que se apoyan las políticas educativas de nuestra época presenta un enfoque pedagógico-didáctico, que apoyado por especialistas relacionados a líneas cientificistas y que, basados en instrumentos de estilo experimental, prescriben una manera y forma de establecer propuestas didácticas que los docentes deben seguir, particularmente centradas en el primer ciclo de educación primaria, en torno a la adquisición de la lengua escrita y su lectura.
En este sentido, las voces de los docentes nos permiten identificar los vacíos metodológicos en cuánto a la implementación de estos presupuestos en las aulas y genera desconciertos en torno a la práctica docente.
Lo que planteamos desde el Portal de Recursos Pedagógicos es posicionar al docente en su rol de portador de conocimiento, ya que apelan a su trayectoria y experiencia profesional y académica para ofrecer a los estudiantes a su cargo, distintas estrategias y herramientas que los ayuden a adquirir contenidos y desenvolverse como lectores competentes, escritores autónomos y críticos de lo que están aprendiendo.
Ante estos “vacíos” que los docentes exponen en radios de pasillo o en conversaciones informales, se evidencian situaciones tales como: “Me encuentro en quinto grado con algunos chicos que no saben que es un sustantivo propio por eso les da lo mismo escribir con mayúscula que minúscula”, “Hablamos mientras me dictan y yo escribo, pero no les puedo decir si está bien escrito, porque la idea es que escriban”, y así…podemos nombrar muchos casos.
En todos los casos, es necesario presentarles a los estudiantes las situaciones planificadas, sin buscar que sucedan espontáneamente, ya que los niños y niñas “deben y tienen derecho de conocer los aspectos lingüísticos del sistema” (Cuesta, 2020. p 301)
A partir de estas situaciones puntuales, surge este tema de interés en el colectivo docente y pensando en ello, es que estamos pensando en diseñar distintas herramientas digitales para que todos los colegas puedan acceder a ellas. garantizando la posibilidad de “ENSEÑAR” los aspectos lingüísticos de nuestro sistema desde los saberes de los docentes, saberes que conforman un saber experimentado, construido en la práctica, y que, aunque no documentado (Rockwell, 2009) está presente en las aulas de prácticas del lenguaje. Un saber creado como respuesta a las dificultades que encuentran para cumplir con las disposiciones teórico-didácticas y que se apoya en decisiones tomadas en post de avanzar con la tarea de enseñar a leer y a escribir a grupos heterogéneos, diversos, numerosos, etc.
Bibliografía:
- Cuesta, Carolina (2020). “Didáctica de la lengua y trabajo docente”. Gagliardi, L., Álvarez Garriga, D. y Zanfardini, L. (coords.). Punto de encuentro: Estudios sobre el lenguaje. La Plata, Universidad Nacional de La Plata. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación. (Discutir el lenguaje; 4), pp. 293-316.
- Rockwell, Elsie (2009). La experiencia etnográfica. Historia y cultura en los procesos educativos. Paidós: Buenos Aires