Ruth Harf es licenciada en Ciencias de la Educación y autora, junto a Delia Azzerboni, del libro Los directivos y la organización de la vida cotidiana. En Asuntos Docentes se refirió a los primeros pasos a dar al asumir un cargo directivo, y la importancia de escuchar y observar.
“Primero miren, escuchen, vean. Hagan una lectura institucional para ver en qué lugar están. Cuál es la cultura de la institución. Qué identidad tiene. Cómo se dan las cosas allá. No se apuren” advirtió la especialista. En este contexto, destacó lo importante que es entablar vínculos con el personal que ya trabaja en el establecimiento educativo al que se llega.
Harf aseguró que la dirección de una institución educativa “es un cargo que se establece en función de relaciones de vínculos. A veces uno dice, bueno, pero (el directivo) tiene tantos títulos. Pero si no lográs establecer un vínculo de seguridad, de confianza, de cuidado mutuo, los títulos no te van a servir”.
Según declaró la especialista, “uno podría decir que un directivo es un administrador, pero no un administrativo”. Esto es porque su función es la de administrar, repartir, distribuir tareas, actividades, recursos, ideas para las personas a su cargo, pero estableciendo relación con esas personas. Se trata, sin embargo, de una mirada reciente de la función directiva. “De diez, quince, veinte años hasta ahora, cada vez más usamos el término acompañar, asesorar, y no solamente estar escribiendo papeles”.
“El directivo nunca deja de lado ese rol de enseñante”, comentó Harf. “Por supuesto que va a leer las planificaciones, a hacer observaciones. Siempre con la intención de apoyar al docente en la posibilidad de reflexionar sobre su práctica. O sea, el que lleva adelante la práctica docente es el docente. Pero el directivo tiene ese lugar de acompañante”.
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