La inclusión en la educación es un derecho fundamental para todas las personas, que se manifiesta en la actualidad como un enfoque pedagógico amplio y no se limita únicamente a la educación de los estudiantes con discapacidad. Más bien, implica el reconocimiento y atención de las particularidades y necesidades individuales de cada estudiante.
El Modelo Social de la Discapacidad se constituye como perspectiva de derechos, siendo entendida la discapacidad como un concepto en constante evolución surge de la interacción entre las personas con discapacidad y las barreras originadas por actitudes y entornos que impiden su participación plena y efectiva en la sociedad, en igualdad de condiciones con los demás.
La Dirección General de Cultura y Educación de la provincia de Buenos Aires se compromete a fomentar y apoyar la implementación de prácticas educativas inclusivas en todas las escuelas del sistema educativo. Esto implica garantizar el derecho a la educación de todos los estudiantes, independientemente de si tienen o no discapacidad, en todos los niveles educativos. Para lograr esto, es fundamental establecer una colaboración efectiva y corresponsable entre los diferentes niveles y modalidades educativas de la provincia.
Las trayectorias educativas inclusivas deben basarse en un enfoque organizado y coordinado, donde todos los actores del sistema educativo, sin excepción, participen de manera colaborativa y asuman la corresponsabilidad pedagógica. Es importante destacar que la mera presencia de un niño, niña o adolescente con discapacidad no implica automáticamente la necesidad de intervención de la modalidad de especial. Por lo tanto, se promoverá la creación de Dispositivos Educativos de Inclusión, que involucren a las instituciones de diferentes niveles y a los equipos de orientación escolar, como primera instancia de intervención educativa.
Dispositivos Educativos de Inclusión (DEI)
Antes de la creación de un DEI, es necesario SUPERAR las BARRERAS que se relacionan con las dificultades que enfrenta el estudiante con discapacidad en su entorno.
Las características individuales del estudiante no representan una barrera en sí mismas, Tampoco, aquellas dificultades que surgen del diagnóstico o de la deficiencia, sino aquellas que son causadas por la interacción con un entorno desfavorable.
Las barreras obstaculizan, restringen, limitan y condicionan las oportunidades de los estudiantes con discapacidad. Las intervenciones que las instituciones y sus participantes puedan implementar para eliminar, neutralizar o reducir estas barreras tendrán un impacto significativo en las trayectorias educativas inclusivas.
Por ejemplo: las barreras actitudinales, es decir las altas o bajas expectativas, la sobreprotección o el prejuicio hacia el estudiante que obstruya el aprendizaje del mismo; las barreras comunicacionales, en otras palabras, la ausencia de formas comunicacionales como la comunicación alternativa-aumentativa en niños que todavía no saben como expresarse en forma verbal, entre otras.
Desde esta perspectiva, los docentes podrían incorporar en sus prácticas materiales flexibles y técnicas dirigidas a reconocer, reducir y eliminar las barreras que dificultan el proceso de aprendizaje y la participación de los estudiantes.
Intervención de la Modalidad Especial en la escuela del nivel con una Maestra de Apoyo a la Inclusión
Los maestros de apoyo a la inclusión (MAI) son profesionales capacitados para apoyar los procesos educativos de niños, adolescentes, jóvenes e incluso adultos que presentan necesidades educativas especiales derivadas de la discapacidad. Estas necesidades requieren la implementación de dispositivos de inclusión para que puedan participar plenamente como miembros activos de la comunidad escolar.
Algunos de los objetivos del quien desarrolle ese rol son los siguientes:
- Identificar, junto con los todos los actores institucionales y la familia, las barreras que dificultan la plena participación del estudiante.
- Desarrollar de manera colaborativa las estrategias necesarias para promover el aprendizaje y el desarrollo del estudiante a través de un Propuesta Pedagógica de Inclusión (PPI), en un marco de trabajo articulado y corresponsabilidad pedagógica de todos los actores del sistema educativo.
- Evaluar el progreso del PPI para realizar ajustes y actualizaciones según las necesidades e intereses del estudiante, en coordinación con los actores involucrados.
- Participar activamente en las decisiones relacionadas con la trayectoria educativa del estudiante, mediante la participación en mesas de trabajo, evaluaciones, acuerdos institucionales y brindando retroalimentación a la familia sobre el desempeño del estudiante.
- Brindar orientaciones a los docentes que intervienen con el estudiante de sus características y como atender sus necesidades.
- Crear modelos de configuraciones de apoyo y didácticas para que el docente de nivel pueda aprender y hacer uso de ellas, si el estudiante lo necesitará.
Propuesta Pedagógica de Inclusión
Una Propuesta Pedagógica de Inclusión (PPI) se construye a través de un trabajo colaborativo, corresponsable y articulado entre las instituciones y modalidades educativas involucradas en la trayectoria educativa de la persona. Este documento representa la creación de acuerdos entre docentes, equipos directivos, equipos de orientación y la familia, enfocados en las necesidades educativas y personales del estudiante.
Además, la PPI surge como resultado de una evaluación funcional de la persona, no enfocándose en sus limitaciones, sino en su potencialidad y en las necesidades especiales derivadas de su situación de discapacidad, así como en la detección de las barreras presentes en su entorno. Por lo tanto, no se trata de una currícula paralela, sino de la personalización y provisión de apoyos y estrategias para fomentar y optimizar los aprendizajes y conocimientos del estudiante.
En la PPI deben establecerse acuerdos sobre la promoción, certificación y acreditación de los contenidos curriculares, así como los objetivos y conocimientos propuestos para potenciar su trayectoria escolar, siempre teniendo como foco central a la persona a la que se dirige. Desde esta perspectiva, es fundamental escuchar y tener en cuenta la voz del estudiante en las diferentes etapas de la propuesta, de acuerdo a su edad, necesidades y deseos, y promoviendo su autonomía y autodeterminación.
Lic. Prof. Botta Nadia
Bibliografía:
- Ley 26.378 “Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad” (2008)
- Resolución CFE N° 311/16
- Resolución firma conjunta Nº 1664/17 – DGCyE, Provincia de Buenos Aires
- Circular Técnica n°2/18, Orientaciones curriculares, Configuraciones didácticas y de apoyo – DGCyE, Provincia de Buenos Aires