En su columna, Gabriel Brener repasa las líneas de pensamiento de diferentes referentes de la pedagogía. En esta primera ocasión se refirió a la figura de Janusz Korczak, escritor, pediatra y defensor de los derechos de los niños
“Korczak tiene un destino y un final trágico. Pero en el medio me gustaría contar por qué es importante que cada docente de nuestro país y del mundo conozca la obra o algo de lo que ha hecho”, dijo Brener. Se trata de una anécdota conocida como “la caja de peleas”.
Brener relató que uno de los orfanatos creados por Korczak estaba emplazado en Varsovia durante la ocupación Nazi. En el marco del gueto de Varsovia, los chicos que integraban el orfanato vivían situaciones de violencia entre ellos de manera continua. Según la anécdota, Korczak en un punto tomó una caja y la presentó a los niños. Les dijo que solamente permitiría la violencia de los que puedan justificar por escrito por qué querían atacar a otro, y dejar el escrito dentro de la caja.
Como resultado de la experiencia propuesta por el responsable del orfanato, “los niveles de violencia disminuyeron en 24 horas en un 90 por ciento de lo que venían siendo”, explicó Brener. “Lo que hizo Korczak con esa pequeña actividad fue detener el acto”.
El legado de Korczak
“Con esa invitación a poder poner pausa y pensar de alguna manera lo que está diciendo es que la palabra, el símbolo, una cuenta en matemáticas, una poesía en letras, un dibujo, a veces es una oportunidad para desacelerar o poner en pausa. O de alguna manera detener la irrupción del impulso y la violencia. Y reponer la palabra allí donde impera ese impulso”
Según Brener, el legado de Korczak es muy importante. “Todo su legado es una crítica a esa manera en la que a veces el mundo adulto mira a los niños y las niñas en miniatura. Él, al contrario, engrandece las infancias en los modos en que las recibió, las trataba”
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